miércoles, 30 de octubre de 2013

ENTRE TANTOS VIAJES, A LO MEJOR SE ENCUENTRA

Ese año el viaje lo hicieron en Julio, a principios. Nunca lo habían hecho tan al principio del verano, pero resultaba ser la mejor fecha por el hotel allí, en Nueva York.
Todos los veranos hacían( su mujer y él) un viaje "largo" que luego completaban en semana santa o en algún puente con otro viaje  más cercano, pero también fuera del pais y redondeaban con escapadas a algún lugar bonito de la península ibérica.
Estos viajes de su vida en común habían aportado, entre otras cosas de mayor relevancia, una  gran cantidad de imanes de nevera con los destinos: Buenos Aires, Uruguay, Brasil, México, Nueva York, Shanghai, Beijing, Atenas, Estocolmo, San Petersburgo, y un largo etcetera.
Su pasaporte estaba casi cubierto por entero de sellos de todo tipo y color de las distintas aduanas y fronteras por las que había transitado. Pero, en ninguna se había encontrado consigo mismo, con su verdadero SER, con su ESENCIA y él, lo necesitaba.
Entre tantos ""viajes", se decía, tengo que encontrarme conmigo mismo.- No puedo seguir sin saber quién soy-
El se consideraba un auténtico "buscador" y ejercía como tal.Sabía que lo habitaba un "personaje", un personaje que siempre presentaba buena cara, un auténtico mediador y pacificador, alguien que había renunciado a si mismo para vivir a través de los demás, de forma parasitaria.
Como buen buscador, una de las primeras metas que se puso fue la conocerse bien y a fondo, estaba totalmente de acuerdo con la máxima que dice:" conocerse a fondo es tomarnos el tiempo necesario para mirarnos interiormente, conectar con lo que creemos, pensamos, sentimos,etc".
Los viajes, siempre pensó, al menos tras leer a algunos escritores viajeros, siempre estimulan el autoconocimiento y por tanto favorecen el encuentro con uno mismo.
Y, allí estaba, en Nueva York, un lugar que seguramente le ayudaría al autoencuentro.
Esta ciudad es un lugar perfecto,pues es completamente desconocida por un lado(él nunca la había visitado, y familiar, tremendamente familiar, por otro, de tanto verla en el cine, documentales y fotografias.
Las 8 horas de vuelo las consiguió pasar entretenido, gracias a ella, a su mujer, que sabedora de los malos tragos, sobre todo en despegues y aterrizajes, siempre lo cogía de la mano y conseguía calmarlo lo justo para no  empezar a dar voces en el avión, con el consiguiente resultado de acabar siendo malinterpretado.
El aterrizaje en el JFK fue impecable y también lo fue el trato de los funcionarios.
Esto va bien, se dijo, en un sitio en que todo funcione bien debe resultar más fácil encontrarse, o, será al revés?.
El hotel estaba fenomenal, a dos calles de la quinta y a dos bocacalles del Empire state.El primer sito al que decidieron ir fue, curiosamente, a Central Park, un simple parque?, NO, en el Central Park, entre otras muchas escenas de películas, ocurre una genial de la película Bananas de Woody Allen, que él recordaba muy bien, Woody está paseando con la novia por el parque y ella le dice que lo va a dejar, él pregunta que porqué.Ella suelta, como una metralleta un montón de argumentos como: porque eres feo y bajito, cobarde,haces mal el amor, eres un neurótico incorregible, n fracasado como hombre, y otras cosas más. Cuando ella termina el rosario entero de razones, él dice-"Si, vale, pero, y lo demás?.
Esta escena recordada allí mismo, en un banco, le hizo reflexionar unos breves instantes, se sentía como Woody un fracasado neurótico?. Fracasado, tal vez, era un firme candidato, pero un neurótico????.....tal vez.
Ahora bien, aquello que en Central Park lo tuvo al borde de la meditación propiamente dicha fue el encontrar el Imagine que Yoko Ono mandó hacer frente al edificio dakota en honor de John Lennon.
El ambiente era de recogimiento y velas y entonces recordó aquella frase de John:"La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes". Eso si le llegaba, él que era experto en no hacer planes comprobaba siempre como la vida se empeña en ir a su bola, en suceder, sin más, hagas o no planes.
De vuelta al hotel entraron a conocer el vestíbulo la Gran estación central de trenes, otro lugar muy cinematográfico. Allí encontraron un grupo de turistas venezolanos con un guia que comentó algo referente a los llamados "hombres topo". Nunca había oido hablar de eso asi que decidió buscarlo en internet.
Encontró que se trataba, al parecer, de una leyenda urbana que hablaba de grupos de desposeidos que viven bajo tierra aprovechando las vias y estaciones de metro abandonadas. Serían miles de personas agrupadas en diferentes tribus y regidas por reglas.
Esto le llevó a reflexionar sobre su sombra, sobre la sombra de toda la especie, la sombra humana, pero no pudo evitar, en medio de su "profunda reflexión" , pensar cuán estúpido resulta irse a vivir bajo tierra para acabar reproduciendo el mismo modelo que en la superficie.
Su encuentro, al dia siguiente, con la estatua de la Libertad fue casi como un flechazo, cuando la divisó a lo lejos desde el ferry ya no pudo apartar su vista de ella.
Allí estaba aquella figura cargada de simbología, representando con su antorcha las luces, el conocimiento y fundamentalmente  siendo el máximo exponente de la lucha por la libertad frente a la opresión.
Su fascinación por la estatua le fue trayendo pensamientos, y tras éstos vinieron a él emociones encontradas que le recordaron como un pais, al igual que cualquier individuo sólo, busca su propia evolución, su crecimiento, al tiempo que se autodefine  y establece de esta manera su verdadero SER.
A la vuelta, un paseo por los muelles les llevaron hasta el mismo pie del puente de Brooklin. Ahhh!!, ese sí que resultaba familiar, tremendamente familiar, era tan conocido!!.
Allí sentado, junto al puente , observándolo atentamente, hasta el más mínimo detalle, recordó la significación onírica que los puentes tienen que se podría resumir en la realización posible de los anhelos y la superación de adversidades, sin olvidar que un puente siempre es el camino que trazamos entre un punto( el lugar dónde nos hallamos)y otro punto(el lugar dónde queremos llegar).
Y así se encontraba él, en tránsito, como cruzando puentes, puentes diseñados a veces demasiado aprisa, puentes que conducían al encuentro con su verdadero SER.
Ese camino de encuentro con el ¿quién soy yo? lo podía realizar gracias a la luz y el conocimiento, que como la estatua de la libertad representaba, permitía al ser humano encontrar su libertad y alejarse de cualquier posible opresión sobre su esencia.
Pero, recordando el vestíbulo de la Gran estación central y la leyenda de la "gente topo", vino a su mente la SOMBRA, esa parte de nosotros , de nuestra realidad, que no queremos reconocer ni aceptar, esa parte nuestra no iluminada( como el subsuelo de la ciudad) a la que llevamos miedo y duda para no sufrir..
Todo había comenzado en realidad en el Central Park, en el encuentro con el Imagine de Lennon y la frase aquella de que "la vida es...." Ahí había comenzado su periplo reflexivo, su búsqueda paralela de significaciones y respuestas a preguntas que le acercaran a su verdad. Aunque hay que reconocer que nada de ésto hubiera sido posible si no hubiese recordado la escena aquella de Woody Allen en Bananas.
No consiguió encontrarse, le llegó, sólo en algunos momentos muy puntuales, un ligero aroma de su esencia. Pero eso era algo a lo que estaba acostumbrado, no le era suficiente, pero "menos es nada" pensaba.
Volvieron de Nueva York y él trajo muchas grabaciones en video y fotos de la ciudad y también alguna pista sobre la que ponerse a reflexionar, aunque en realidad no muy  precisa..-"Pero bueno, dijo,un día de éstos de tanto viajar, a lo mejor me encuentro.

lunes, 21 de octubre de 2013

NI PA TOMAR POL.....

Desde muy pequeñito habia sentido aquella sensación dentro de si.
Era una especie de endurecimiento del torax seguido de un fuerte remolino interior a la altura de las tripas y que remataba con una desconexión del pensamiemto, una anulación temporal de los sentidos y un deseo de....
También desde pequeño habia aprendido a alimentar esa emoción tan intensa, a desquitarse de la furia, a darle salida inmediata.
Ahora que, al igual que su furia se desataba y  encontraba inmediata salida y objetivo, también sucedia lo mismo con sus deseos más urgentes(todos).
A veces decía que sólo se sentía vivo en las experiencias de satisfacción de sus impulsos, y, en petit comité llegaba a confesar que su "vida"era la satisfacción que encontraba a través de experiencias de placer, lujuria y violencia que experimentaba.
Su infancia habia transcurrido en casa pasando, alternativamente, de presenciar la violencia de su padre sobre la madre a ser él mismo el objeto de las conductas violentas.
Desde ese sufrimiento fue naciendo en él la furia justiciera, la noción de que o das o te dan, de que el mundo está lleno de impresentables que no valen ni pa tomar pol culo, y otro sentimientos tóxicos.
En el barrio habia ido labrando su fama de sádico y matón, jefe de pandilla, hecho que se veia favorecido por la gran envergadura física que poseia.
Todos le temian, o estabas con él o contra él, no había posiciones intermedias
Siempre le habia tirado, no podía ser de otra manera, el trabajo de seguridad, en el sector privado, dónde podría obtener más recompensas a su buen hacer.
En la academia de preparación siempre destacaba de una forma ejemplar, aunque había que andarse con un poco de cuidado en cuanto a las bromas. Tenía buen humor pero, si malinterpretaba una broma, valía más darse mucha prisa en aclarársela bien o poner tierra por medio.
Su historial laboral estaba salpicado de triunfos, buen hacer, pero también de alguna que otra desafortunada intervención, de las que siempre habia salido, hasa ahora, bien parado.
En cuanto a amistades, había sabido mantener a un grupito de la infancia como fieles amigos desde entonces, aunque , como él decía:-"la vida te dá siempre la evidencia de que hay mucha gente que no se merece ni el aire que respira"-.Pero, no es menos cierto, que en el mundo hay justicieros que se encargan de darle su merecido a esas personas, y, entre esos justicieros, está él.
Las chicas se le acercaban casi siempre con temor, temor y admiración a la vez, en muchas ocasiones.Había tenido varias novias, con muy poco compromiso, y alguna  un tanto ligera de cascos( Con esa había hecho la justicia necesaria para darle una lección). Pero desde hacía un tiempo a esta parte, desde que había comenzado la relación con Elena era otra cosa.
Con Elena se sentía plenamente aceptado, querido y, sobre todo, querido sin el más minimo temor. Esto era lo que más tranquilidad y confianza en Elena le proporcionaba.
Ademá Elena le dejaba siempre su "espacio personal", espaci que él usaba para estar con los amigos y para practicar algunos de sus deportes de riesgo favoritos..
Aquel día estaba muy contento, le habían ascendido en la empresa a jefe de seguridad y se rumoreaba que la empresa iba a ser absorbida por una multinacional respetando todos los puestos de trabajo y categorias laborales.Y, por si esto fuera poco, iba a "probar el equipo nuevo de práctica de puenting saltando desde el Puente de Pino, un puente antiguo, de principios del siglo XX y con una notable altura máxima de 90 metros.
Últimamente sentía más necesidad de praticar sus deportes favoritos, puenting, paracaidismo, rafting, ala delta y otros del estilo. Siempre había necesitado esas prácticas que le conectaban con lo más profundo de su ser, le hacían sentirse 100% vivo, ahora había , más que nunca, razones para sentir con plenitud esa emoción de vida.
Decididamente, cuando volvieran por la tarde del puenting, iba a pedirle a Elena que se fuese a vivir con él, que deseaba compartir su vida con ella( muchas veces la habia "empujado" incluso a practicar alguno de sus deportes).Sentía que por fin la vida sonreia a aquel niño que tanta violencia habia contemplado en su infancia, a aquel niño que la había sufrido en su propia piel, sentía que la vida hacía justicia y ese fue el sentimiento que tuvo al saltar del puente, justo, justo hasta el mismo momento en que oyó un ruido extraño al tensarse completamente la cuerda de nylon, un scrichhhhh que hizo el nylon al rasgarse completamente y romper. FUÉ LO ÚLTIMO QUE ÉL OYÓ.

jueves, 17 de octubre de 2013

¿VALER, TENER O SER?

El agua estaba fria, muy fria, más de lo que habría podido imaginar. Creia conocer sobradamente lo que era el agotamiento extremo, la extenuación, pero era evidente que no, no lo conocía, ahora, ahora si, estaba comprobándolo.
ültimamente le habia dado por pensar que tanto esfuerzo en la vida, en general, y el trabajo en particular, no merecía la pena, que estaba harto de cardiólogos( con lo joven que aún era)de gimnasios, fisioterapeutas y otros varios especialistas que con tanta frecuencia se veia obligado a visitar.
Tenía carnet de socio honorífico del Club de los estresados, de hecho era uno de sus fundadores,de los últimos que aún quedaba con vida.
En su trabajo, sin duda , era el mejor,nadie lo ponía en tela de juicio. Además, ejercia su liderazgo a veces de manera un tanto tiránica, por lo que todos acababan siempre, por si acaso, entonando un "de acuerdo" o "si señor".
Desde muy pequeño aprendió lo que significaba tener que ganarse su lugar y el reconocimiento de los demás a base de demostrar que era el mejor, el más. El sacrificio y la lucha competitiva eran el pasaporte que te llevaba directamente al reconocimiento por parte de los demás.
Eso si, el esfuerzo siempre recibía recompensa, hasta el punto de acabar siendo el orgullo de sus padres, el hijo listo y destacado, y, por si ésto fueran sólo unas pocas virtudes tenía, además un caracter agradable y complaciente.
Ver a sus padres y a él mismo de pequeño, hacia recordar aquel chiste que decía : Se encuentran dos amigas en la calle y una le preguntas  a la otra:-"Que tal tus hijos?,-"muy bien los dos, contesta-", "-Y cuántos años tienen? sigue preguntando- y la otra contesta:-"El médico 3 años, el abogado 5-".
En el colegio siempre fue un lider y un excelente alumno, listo, estudioso y con carisma, ¿qué más se le podía pedir?, en realidad , nada más. Él solito se encargaba de llenar de orgullo a su familia y a él mismo.
Sus profesores le valoraban mucho por lo destacado, aunque muchas veces en detrimento de otros estudiantes que sin destacar tanto cumplian y eran también, o podian serlo :"alumnos modélicos".
Su capacidad era, al mismo tiempo, favorecida, y a ella se sumaba siempre su tesón  esfuerzo y sacrificio.
Su período universitario fué una verdadera marcha triunfal, siempre en el grupito de los mejores y siendo también el centro de atención de sus compañeras, que llegaban, al menos algunas, a esperar su turno en espera de llevarse el gato al agua( él tenía casi la consideración de un trofeo).
Sin embargo, a pesar de todo: el destacar, ser el mejor, su capacidad de entrega, su sacrificio, su liderazgo, ninguna de estas virtudes y capacidades le había facilitado el terreno en la esfera de las amistades.
Ahí si que tenía un verdadero punto negro en su curriculum vital, se puede afirmar que nunca habia disfrutado del hecho de contar con amigos auténticos, que te quieren por ser quien eres y no por lo que eres, o peor aún, por lo que tienes.
Pero él sabía que un día llegaría también la verdadera amistad, como así fue unos años más tarde. Conoció a aquellas personas de una manera totalmente fortuita. Había quedado telefónicamente con unos jóvenes ejecutivos, aspirantes codiciosos, que habian contactado con él para que les impartiera algo de formación y asesoramiento.
Estaba en la barra del café cuando entraron varios jóvenes( hombres y mujeres) charlando animosamente. Al situarse al lado de él les preguntó si eran los jóvenes con los que habia quedado. Le dijeron que no, que ellos estaban en un descanso de un taller de crecimiento personal que estaban realizando, y sin saber cómo, al poco tiempo estaban enzarzados todos,él también,en un debate sobre qué era lo importante y lo superfluo en la vida.
Asi fué como empezó la amistad con las personas de aquel grupo, grupo que habían bautizado con el nombre de"Los buscadores". Eran, tod@s ell@s, personas con un largo historial de sufrimiento psicoemocional y, a pesar de todo, continuaban su búsqueda guiados por su actual terapeuta, de orientación humanista.
Estas personas, y el terapeuta, le acercaron al horrible vacio de mirarse en el espejo, a descubrir su falsa identidad, su vanidad, sus carencias.
Hacia poco, por tanto, que habia comenzado su proceso psicoterapéutico , y lo habia comenzado con verdadera ilusión. Sin embargo, mientras recordaba ésto, una nueva sensación helada, un frio inmenso le trajo nuevamente al presente, al momento, a tomar consciencia de su terrible situación
No recordaba cómo se habia fraguado la idea de alquilar aquella embarcación en el puerto deportivo de Helsinki, habia ido a pasar unas simples vacaciones de relax, buscando tranquilidad y tiempo para reflexión y meditar.
Alguno de sus "amigos" del trabajo, aspirante a guay y con ganas continuas de destacar comentó la posibiliad de alquilar embarcaciones y lo bien que estaría poder elegir el mejor" navegante ocasional del Báltico".
El caso es que, fué tan imbécil como para entrar en ese juego y allí partieron ese día frio de septiembre a demostrarse lo necio que se puede llegar a ser.
El barco zozobró a las dos horas de navegación, fue casi instantáneo, no dió tiempo a nada, todo se fue a pique.
Sus acompañantes no dieron más señales de vidlotea, él consiguió aferrarse a aquel tablón ´y, de esto hacía ya unas cuantas horas.
El agua estaba helada, el mar, completamente solitario, la inmensidad, vacia y él, aferrado a aquella tabla y aterido de frio.
Consiguió divisar cerca un islote, tal vez, su única salvación.
Pero una terrible realidad le alejó inmediatamente de cualquier sentimiento esperanzador.
El, que sabía 7 idiomas, que era lider natural, que siempre destacaba, él el vanidoso que tantas cosas conseguía y tantas habilidades desarrollaba, veia ahora lo absurdo y sarcástico que el destino( tal vez el destino, o tal vez no)podía llegar a ser. El no sabia NADAR, nunca habia aprendido a NADAR.
Y allí estaba, agarrado, exhausto, a aquella única tabla que habia a flote en lo que la vista alcanzaba. !Que ironia! no sabía nadar y ya no tenia más fuerzas para permanecer agarrado a ese pasaporte a la vida.
El frio comenzaba a hacer sus efectos, la hipotermia estaba en su prmera fase y sus manos ya casi no le asian a la vida. En un último pensamiento, al tiempo que se soltó definitivamente de la tabla y comenzaba a hundirse, se dijo a sí mismo "Eres el más tonto del mundo mundial".

domingo, 13 de octubre de 2013

NO HAY NADA COMO CREERSELO

Cuando se dio cuenta, como siempre, ya era demasiado tarde. El tapón del bote de kepchup se había destupido a causa de la presión elevada  con que apretaba y la salsa saltó directamente  a la blusa blanca, dejando su impronta y su color tan intenso a la vista de todo el mundo.
Se lamentó una vez más, como tantas otras, por la mala suerte que tenía con abrir cosas que luego ella acababa derramándose por encima.
Eso sí, con la blusa manchada, pero la dignidad inmaculada, autoconvencida  de su generosidad, de su grandeza y, sobre todo, firmemente convencida de su capacidad  de hacer caer rendidos muchos hombres a sus pies.
Ya había sobrepasado los 35 y aún no había encontrado el hombre ideal, el definitivo; cierto es que había disfrutado, hasta entonces, de una verdadera legión de hombres que la admiraban, que caían rendidos a sus pies.
En su trabajo, era también muy reconocida por la mayoría de sus compañeros, al tiempo que era"envidiada" por la mayor parte de compañeras.Esto le producía un doble efecto, le provocaba un sabor agridulce: por un lado, le repateaba la puñetera costumbre de envidiar por parte de otras mujeres, muchas de las cuales no dudaban luego de criticarla, en pedirle favores a cuenta: y por otro lado, le ponía a tope el orgullo, su orgullo, el hecho de sentirse tan admirada y deseada por los hombres de la oficina.
Pero se había acostumbrado, era una constante en su vida, ser envidiada por otras y admirada por muchos hombres.
Esto lo recordaba como algo siempre presente en su vida, ya cuando ella era la favorita de su padre y percibía, al mismo tiempo, el rechazo envidioso de sus hermanas mayores.
Su visión de la vida era tremendamente particular e interpretaba todo a su gusto y conveniencia. Ajustaba las leyes a lo que a ella le convenía. Creencias, normas , conceptos y pareceres de los que era partícipe estaban hechos como por encargo para ella.
Ahora bien, solía decir que el mandamiento mayor siempre era y sería "el amor", que el amor lo justifica todo, el amor es lo que realmente mueve al mundo. Las muchas necesidades que colectivos de población como los inmigrantes subsaharianos tenían sin poder satisfacer, necesidades tan básicas  como alimentación, un techo y un poco de comprensión empática, la habían llevado a participar en algunas ONG, casi siempre en tareas que podriamos denominar "vistosas", de cara al público.
A veces estas "actuaciones" le recordaban un poco su infancia, aquellas tardes de domingo de invierno en las que la familia solía reunirse para una merienda de chocolate con churros y en las que tras merendar , después de  ayudar a recoger la mesa, siempre hacía una de sus actuaciones, siempre tan simpática y encantadora, tan seductora con todos. Era muy curioso ver cómo una niña tan pequeña podía estar pendiente de las necesidades o deseos de todo el mundo.
En su adolescencia, el amor era AMOR, completamente sublimado, ella misma suscribía una frase que le había dicho un psicoterapeuta:"Tú, con tu temperamento y el ideal de pareja tan elevado te acabarás enamorando del AMOR en vez de un hombre en concreto".
Pensando en su futuro, con ese hombre ideal, luchando por su bienestar, dando muestras de su coraje y valor, soñando con esa casita( ella lo verbalizaba así, pero lo que en realidad quería era un verdadero casoplón, un tanto rancio, dicho sea de paso), soñando con todo esto, se sentía la mismísima Scarlet O'Hara en la escena memorable en la que coge un puñado de tierra y comienza a declarar aquello:.."A Dios pongo por testigo.......".
Ese personaje, el de la señorita Escarlata en "Lo que el viento se llevó" le fascinaba, se sentía tremendamente identificada con ella.
Completamente dormida a su realidad, a su triste realidad neurótica de alguien que no puede reconocer sus propias carencias, de alguien que no es capaz de conectar con su debilidad, su temor, se había convertido en una mujer con belleza, una belleza realzada a base de maquillajes, cremas y el uso de todo tipo de accesorios que resaltasen sus rasgos.
Se había ganado, entre los varones, una fama de mujer seductora, vampiresa, femme fatale. Muchas veces, es cierto, su actitud seductora de vampiresa rozaba un poco el ridículo y, eso causaba alguna mofa y burla que otra.
Para ella eran simples puñaladas de hombres para los que no había mirado ni prestado la más mínima atención.
Otras mujeres, eso argumentaba, la envidiaban por la destreza con que conseguía poner a los hombres de rodillas ante sí. El secreto, decía, consistía en el ejercicio de lo que se da en llamar "caracter gatuno", ser una mujer "gatuna". Eso significaba mucha caída de ojos, roce( como los gatos, arqueando la espalda), ronroneo casi constante y otras lindezas que consiguen mantener el interés de los hombres por una mujer , o mejor dicho, por lo que ellos consideran una MUJER.
Aquella tarde se había citado con ese estudiante, ya mayorcito, que había conocido en una fiesta celebrada para singles. En realidad no sabía nada de él, pero sí reconocía que era guapo, muy guapo, un hombre interesante y un tanto enigmático. De él se decía que había rechazado a la mayoría de las chicas que se  le habían acercado.
Ella, en un arranque de ORGULLO, orgullo gatuno, había prometido a su círculo que aquel enigmático hombre caería pronto a sus pies, y ese era el día.
Llegó al portal del apartamento en el que él vivía solo; era pequeño pero le permitía  vivir con total autonomía.
Le abrió la puerta , le dio dos besos de bienvenida y casi al momento se sentaron a cenar. Él se había encargado de todo y pareció siempre demostrar un verdadero interés por ella. De esa certeza sobre su interés  procedía la seguridad de ella sobre el hecho de que este atractivo especimen cayera rendido a sus pies.
La cena transcurrió entre risas, ronroneos, y encorvamientos de espalda, pura seducción mezclada con unas notas de ingenuidad y un poco de comportamiento lisonjero hacia su presa. Estaba todo conseguido, pensó ella, ahora a disfrutar libremente un ratito.
Cuando entraron en el dormitorio, él se dio prisa en apagar la luz  dejando solamente encendida la del hall, que penetraba muy tímidamente en la habitación, que dejaba entrever algunos reflejos y sombras tenues. Cuando él, después de besarla, la arrojó con un pequeño empujoncito sobre la cama, ella creyó ver dibujarse sobre la pared una mano sosteniendo algo alargado y delgado. Fue un instante, al segundo observó el reflejo y el brillo de una hoja de puñal, larga y con forma de estilete que él blandía. Y al mirarle el rostro descubrió, con estremecimiento, que su boca dibujaba una mueca parecida a una sonrisa maligna. Solo en décimas de segundo, consiguió articular una última maniobra que le permitiera salvar el pellejo, y en ese instante, ronroneó mientras el estilete entraba en la piel buscando directamente su corazón.

domingo, 6 de octubre de 2013

EL PRIMO DE DIÓGENES

"!Los precios están por las nubes"!,!No hay Dios que viva!" exclamó, y "eso que yo vivo con 4 chavos de nada", continuó. Y era cierto, vivía con lo básico y esencial, no necesitaba más.
Cierto es que él compraba siempre marcas blancas, y esto suponía un ahorro importante sin sacrificar demasiado en la calidad. Pero pensó:" si sigue este descontro, dentro de poco las marcas blancas estarán inalcanzables.
El hecho de vivir en una zona rural del suroccidente asturiano le facilitaba, en gran medida, satisfacer su"necesidad de retiro de la gente, su necesidad de aislamiento.
"La gente es peligrosa, decía, no te puedes fiar de nadie, te quieren engullir a la primera de cambio, hay que estar muy despierto".
Llegar a tener confianza en alguien era un proceso lento y laborioso, de coste emocional muy alto. En aquel pueblo, en el que llevaba casi tres años ya, lo había conseguido con un pequeñisimo grupito de gente. En parte gracias al hecho de que en aquella zona de Asturias el temperamento general era un tanto parecido al suyo, al de su lugar de origen, en tierras de Zamora, caracter seco, adusto, observador, desconfiado inicialmente, pero noble, honesto a carta cabal y sobre todo : de palabra.
Eso era fundamental para él, encontrar alguien de palabra era casi la garantía de haber encontrado alguien en quien, con el tiempo, llegar a confiar.
En su casa, una pequeña casa en las afueras del pueblo, la última justo antes de la curva de salida del pueblo, existía un "orden" creado por él, pensado y repensado por él, rayando lo obsesivo.
Decía que, de esta manera podía saber dónde estaba todas sus cosas y acceder a ellas de manera rápida.
La ropa se encontraba en el armario, pero estaba dentro de cajas en cuyas tapas había puesto unas grandes etiquetas con un listado de cada prenda que había dentro y una pequeña especificación, como por ejemplo: "jersey azul de trenzas, de invierno" y asi con cada cosa.
Los libros estaban igualmente embalados en cajs y éstas, puestas al pie de la librería. También tarian en la tapa el listado de cada uno de los libros, casi una ficha bibliográfica.
La cocina era pura austeridad y sencillez, parecía la de San Francisco de Asís. ël se identificaba mucho con este santo por su vida tan ascética fundamentalmente. Eso si, no compartía, de ninguna manera la entrega empática que San Francisco hacía con sus congéneres.
ültimamente le había dado por traer a casa un montón de cosas viejas e inservivbles, pero que él veia aún con "posibilidades", cosa que sus vecinos desechaban: motocicletas viejas, herramientas rotas todo tipo( incluida una hormigonera), sillas desfondadas, mesas a las que les faltaba alguna pata, y un sinfin de cosas más
Todo lo había subido a la planta de arriba ya que él se habia instalado en la planta baja, donde estaba la cocina y el baño. En la planta de arriba estableció, mientras pudo, un orden similar al de abajo, pero pronto tuvo que desistir de ese orden debido a la ingente cantidad de chatarra que se acumulaba.
Y así se encontraba su casa, esa casita de pueblo, como un microcosmos que reunía, por un lado: el orden más obsesivo y riguroso( en la planta de abajo) y, el desorden total, el caos, el hogar de Diógenes( en la planta de arriba).
Su terapeuta, en Oviedo, al que acudía, seguía acudiendo, aunque no con tanta regularidad pues ahora estabamás lejosy eso suponía más gastos. Su terapeuta le había propuesto una linea de "autotrabajo" personal, con el fin de ir adelantando algo en su proceso terapéutico, que ahra llebvaba un ritmo más lento.
Entre las actividades que resultaban buenas para incorporar a su nueva vida en aquellos parajes tan bonitos ysolitarios estaban las de índole social y, como tenía buena mano para la cocina, de vez en cuando "invitaba" a algunas amistadesa comer o a cenar a su casa, para luego tertuliar un rato( aquí la cosa se hacía un poco más difícil).
Si tuviese que decir cual era su escala de preferencias en el aspecto relacional, con el mundo, sin dudar habrái dicho:" en primer lugar, con preferencia está la relación con la naturaleza, la montaña, el mar, etc, porque no esperan que hables, están ahí pero no te obliga a interactuar. En segundo lugar, los animales, éstos ya te fuerzan un poco, hay que interactuar, peo se conforman con lo que les das. Y por último las personas, son las más exigentes y por tanto las últimas en su escala.
No obstante, él era plenamente consciente que SI o SI tenía que trabajar en la psicoterapia pra "desarrollar" compasión y empatía, y también tenía que ir ,poco a poco, dándose a los demás, al tiempo que recuperaba y vivía sus emociones.
Esa noche tenía tres "amigos" invitados a cenar en su casa, se había "esmerado" porque eran de los que más chatarra y trastos le habían proporcionado, compró,incluso alghunos productos de primeras marcas.
Tras la cena, decidieron subir a revisar una motocicleta  de la décad de los años 60, que uno de aquellos tres le había pasado.
Tuvieron que sortear muchos obstáculos hasta llegar a ella y, en el paso del pasillo a una habitación se oyó un crujido extraño. Todos se pararon durante unos segundos-"es la dilatación de una viga de madera por culpa de esta maldita humedad"- dijo uno de ellos y continuaron revisando la motocicleta.
Cuando se marcharon a sus casas, allá sobre las 2,30 de la madrugada, él lo agradeció, porque esa semana estaba siendo especialmente ajetreada en el trabajo y, por tanto se dispuso rápidamente a completar su media hora de meditación antes de ir para la cama.
Se durmió rápido y profundamente. Cuando despertó fue porque oyó un crujido muy, muy fuerte, y tras el ruido, sin más, el derrumbe de toda la casa, que ya no pudo soportar todo ese peso ni un minuto más.
Y allí quedó, supultado por todo aquello, todo aquello que había sido su FORTALEZA y que ahora era su TUMBA.

sábado, 5 de octubre de 2013

¿DEBERÍA O NO DEBERÍA?

Recordó que esa sensación le había acompañado desde muy niño y se sintió aún más abatido. ¿Cómo había llegado a esta situación?, le parecía mentira , revisando el día mentalmente, que la situación terminase así, como estaba en ese momento aconteciendo. La noche anterior había quedado con sus amigos, los de la peña montañera de la sidrería "El argayu", en encontrarse en la subida norte del monte Toribiu sobre el mediodía. De esa manera, todos juntos intentarían abordar ese pico al que le tenían ganas desde hace tiempo y le querían hacer cumbre en esta época del año. Esa noche, la anterior a la de la quedada, había tenido no una, sino dos pesadillas. La primera había tenido que ver con la cita del día siguiente con sus amigos montañeros. En su pesadilla ocurría que, al encontrarse con ellos y emprender la marcha, empezaron a acelerar vertiginosamente el ritmo de ascensión, dejándole a él bastante atrás y cuando llamó a voces a Andrés, el más amigo, éste se volvió y le miró con una sonrisa y una mueca verdaderamente maligna. Sintió una verdadera punzada de pánico. Se estremeció y despertó balbuciendo en un grito ahogado -Nooooo!. La segunda pesadilla era una que se repetía en el tiempo desde hacía muchos años, tenía un fundamento real, pertenecía a una etapa de su vida que, afortunadamente, había dejado atrás en la relidad, pero que aún le acompañaba en forma de pesadilla recurrente. Cuando era estudiante de Bachillerato en su antiguo colegio de religiosos, donde había estudiado siempre, se desplazaba ya por su cuenta para llegar al centro educativo. Lo hacía en autobús urbano, que le dejaba a las puertas mismas. Pero había un inconveniente, especialmente los días que tenía algún examen, casi siempre tenía que acabar bajándose del autobús unas cuantas paradas antes porque le entraba un terrible retortijón de tripas y unas inmensas ganas de ir al baño con el consiguiente temor a hacérselo encima. Y cuando se bajaba del autobús, ipso facto, las ganas y el retortijón desaparecían. De esta manera, esperaba el siguiente autobús, con el que conseguía llegar al colegio. En realidad nunca había llegado a hacérselo encima, pero en sus sueños, sí. Le había quedado aquella pesadilla recurrente en la que al poner pie en tierra desde el autobús, se cagaba encima. La sensación era terrible, soñaba que todos se daban cuenta y se reían a carcajadas alejándose de él haciendo el gesto con los dedos en la nariz, que quería decir:¡¡qué olor nauseabundo!!. En ese momento siempre despertaba de la pesadilla y tras un minuto aún de desazón, volvía a la calma y a intentar reconciliar el sueño. Siempre recordaba su carácter un tanto miedoso, o mejor dicho, miedoso, cobarde y miedoso, todo le daba miedo, la vida le daba miedo, el miedo le daba miedo. Un psicoterapeuta al que había acudido, el último por el momento, al que aún acudía una vez cada tres semanas, le había hablado de una cosa llamada Eneagrama, una forma de autoconocimiento muy antigua y que divide el carácter humano en 9 tipos de personalidades distintas. Según el psicólogo, al principio, y también él lo reconoció posteriormente, su eneatipo era el 6( la cobardía ) Con la linea de trabajo de su terapeuta( era de orientación humanista) consiguió grandes avances, pero ¡aún quedaba tanto trabajo! Su vida social no era del todo mala, tenía sus amistades, actualmente no tenía pareja, pero había una chica que le hacía tilín. Hacía vida social de una forma comedida e intentando no pasarse en juergas o en gastos. Pero su desconfianza de la gente era el punto más vulnerable y puñetero de su carácter, siempre pensando mientras le hablaban:"¿qué querrá decir con esto?", "¿me estará intentando engañar?", "¿qué pretende con lo que me cuenta?". Enfin, un verdadero infierno, y eso que con la psicoterapia había conseguido grandes avances. Se preguntaba a veces:¿qué habría sido de mí si no es por la psicoterapia?, igual me habría vuelto loco". Un ruido, como de aleteo, lo devolvió al momento presente, y le dio un buen susto. Probablemente un águila ratonera levantando vuelo para ir a cazar a la caída del día, pensó. Empezaba a oscurecer y estaba en la oquedad aquella de las rocas, apartado de cualquier camino, refugiado apenas de la intemperie y además mojado por el último chaparrón de agua caído una hora antes. Tenía frío y apenas llevaba ropa de abrigo, ahora el tiempo parecía calmarse un poco. Aprovechó para asomarse y quitar la ropa mojada y ponerse lo poco seco que traía en la mochila, se sintió un poco más confortable y por un segundo disfrutó de esa sensación. Y digo un segundo porque enseguida avistó que una espesa cortina de niebla y oscuridad venía a su encuentro. -!Lo que faltaba! pensó. Tenía algo de leña, no muy mojada, a mano, y fósforos secos para encender un fuego. ¿Porqué me dejaron "tirado", pensaba obsesivamente. "Vale, yo no supe llegar al punto de encuentro y me perdí, no hay cobertura de teléfono, pero podían buscarme más activamente, seguro". La noche ya estaba encima y los ruidos de la montaña y del bosque eran innumerables y para alguien como él, poco familiares. Y lo desconocido era sinónimo de desconfianza, recelo y miedo. Tendría que pasar, irremediablemente, la noche en aquella pequeña cueva con el fuego, si conseguía manternerlo vivo, como única compañia. Poco a poco, el sueño se fue apoderando de él, pero se resistía, consideraba que dormirse era un peligro enorme, quedando a merced de los peligros de la noche, el bosque, la oscuridad. Dentro de la cueva encendió un pequeño fuego y se bebió la bebida energética que llevaba en la mochila, se sintió un poco mejor por un momento. Se acomodó sentado frente al fuego, dándole la cara a la entrada de la cueva y la espalda al interior de la oquedad-"Así vigilo lo de fuera y estoy más a salvo"- pensó. Los ojos se le cerraban, prisioneros de un sueño, producto del gran agotamiento que había supuesto la jornada. Él se resistía una y otra vez, tenía que dominarse y pasar la noche en blanco alerta y vigilante. Entonces se rindió, entonces se durmió, se dejó arrastrar por la noche, por el sueño y hasta por los miedos nacidos de lo más profundo. Y sucedió.... Se despertó bruscamente, una voz le susurraba algo terrorífico al oído, una voz irreconocible, espantosa, peligrosa, amenazante, sintiéndola ahí, junto a sus oídos, y una mano, o garras, o Dios sabe qué, tocándole el hombro derecho, dándole como golpecitos en el hombro. Todo junto, en aquel entorno, y de sorpresa, fue demasiado para su corazón asustadizo. No pudo soportarlo y allí mismo, de manera brusca, repentina y rápida dejó su vida, allí quedó y, el amanecer trajo consigo la luz suficiente para desvelar lo que realmente había sucedido. La luz permitió ver que en fondo de la cueva había un agujero por donde silbaba el aire ,llegando a producir en los momentos de más intensidad un sonido parecido a un susurro humano y ese mismo aire había movido unos frágiles brotes de plantas que le tocaron el hombro cual manos huesudas o incluso garras, en que una fuerte imaginación miedosa puede trastocarlo. Lo encontraron allí sentado, sin vida, al día siguiente, con una terrible expresión de miedo en su cara


miércoles, 2 de octubre de 2013

UNA VIDA SUFRIDA SIN QUE SE NOTE

Ella se habia ganado por méritos propios  el apelativo de la "masoca". Su capacidad de aguante era proverbial, todos y todas la habían perseguido de pequeña por la plaza del pueblo tirándole bolas de nieve en invierno y piedrecitas de las que adornaban la fuente durante el verano. Pero ella siempre respondía con entereza y , podriamos decir, resignación.
"Sufría por dentro", decían las niñas de su edad. Nunca la rechazaron, al contrario, la acogieron siempre entre ellas con verdadero afecto por su afectividad, honestidad y afán de superación, cualidades que años más tarde, en el equipo de tenis de su zona, las llevaron a la gran final intermunicipal de España y terminaron haciéndose con el oro gracias a ella( la masoca)y su afán y entrega.
La verdad es que según pasaron los años  y transitó desde la adolescencia a la vida  adulta, tal vez por ser físicamente agraciada o tal vez por ser mujer de grandes logros personales, retadora de sí misma, luchadora infatigable y conseguidora de lo que se propuso siempre, o tal vez por todas estas cualidades juntas, fue ganándose un hueco en cada lugar: casa de amigos, amigas, empresas, instituciones o cualesquiera otros sitios por los que en aquella época pasó.
Las  convenciones sociales habían dado la vuelta a los principios morales, antaño en boga, y se sustentaban las virtudes actualmente sobre premisas como la capacidad de aguante, la empatía, el liderazgo, la mediación en conflictos y la tan cacareada RESILIENCIA. Esto último era su lado más fuerte, su verdadera seña de identidad.
En pocas palabras, de aquella niña "masoca" ya no quedaba nada, todo se había transformado, como por arte de birli birloque, en un entramado de virtudes  y cualidades a las que ahora se  llamaba competencias de la inteligencia emocional. La inteligencia emocional... ese término, pensaba, había acudido al rescate de su triste y sufrida vida para hacer de una oruga retorcida sobre sí misma una exultante mariposa de vuelo alegre y colorista.
La primera vez que lo vio fue al salir de clase de chino en aquella academia exótica que había en su barrio. Le había llamado la atención su vestir tan personal y elegante. Un día, él la paró con una excusa cualquiera.
Habían quedado varias veces a comer y algo habría probablemente nacido de aquello si no se hubiera cruzado por medio aquella mujer, verdadera gatuna y aduladora experta, que la hizo, por un tiempo breve, sentirse nuevamente como la masoca y sufrir en silencio.
Pero eso duró un suspiro,  supo dejar atrás la situación, reconocer con qué clase de imbécil había estado a punto de embarcarse, lo tachó mentalmente haciendo el gesto  en el aire y allí acabó ese asunto del hombre elegante sin cerebro.
Su inteligencia emocional era su mejor garante, era una fan de la escritora Susanna Tamaro y siempre recordaba  la última frase de su libro Donde el corazón te lleve,  la tenía muy presente en momentos de decisiones presentes y futuras.
Ahora bien, su verdadera voracidad en autoexigencias, su desgraciada interpretación neurótica de que "sólo te van a querer si sufres y aguantas" le habían jugado muy malas pasadas en su vida.
El personaje de la "masoca" la acompañaba siempre, se había convertido en una verdadera sombra.
Sus experiencias más importantes como ser humano eran siempre sazonadas con un poco de angustia y temores, más allá de lo esperable para cualquier otra persona, así lo pensaba ella.
Eso sí, sus altas capacidades intelectivas , unidas a su tenacidad le habían permitido acceder de manera satisfactoria al mundo laboral y conseguir un buen puesto en la Administración Pública, llevaba unos años de auténtico bienestar en lo referente a sus pretensiones profesionales, de conocimientos, de desarrollo de sus aptitudes. Sin embargo, a pesar de todo, la vida seguía en el fondo siendo una cuesta demasiado empinada. En lo referente a amores, más que difícil, y en lo que respecta a la familia, casi un imposible.
Demasiado sufrimiento siempre por dentro,demasiadas buenas caras por fuera para morir por dentro.
El terreno de las relaciones afectivas , su terreno, parecía una ciénaga, siempre tan inestable, tan variable.Ella sabía que no era fácil para las relaciones, que sus frecuentes estallidos en la intimidad eran siempre una cortapisa que alejaba a mucha gente.
Su contacto con la espiritualidad y posteriormente con la religión le habían resultado un verdadero bálsamo y en ello seguía comprometida, cada día más. Pero necesitaba reforzar su fe en sí misma, creer más en lograr  las cosas sin que la angustia dominara su vida. Necesitaba algo más. Tal vez fue por esto  por lo que se animó a entrar en contacto con aquellas monjas misioneras, sobre todo con Sor Lucinda, con la que se entendió desde el primer día a las mil maravillas.
Sor Lucinda era como su alma gemela, dotada también de una gran inteligencia emocional, dispuesta siempre al sacrificio y a la entrega a los demás. Era , evidentemente, no sólo su alma gemela en muchos aspectos, sino también el espejo en el que mirarse. Por eso, cuando Sor Lucinda le habló de aquel trabajo  en la selva de Borneo ella no lo pensó dos veces y, rápidamente, aceptó la oferta. Pediría en su trabajo un año de excedencia, algo que venía pensando desde hacía un tiempo.
Y para aquel inhóspito lugar partieron Sor Lucinda y ella. Se rumoreaba que aún quedaba en aquellos parajes alguna tribu que practicaba la antropofagia, aunque nadie tenía constancia fehaciente de ello.
Al tercer dia de estancia en la misión, ambas se apuntaron como voluntarias para visitar una zona de la selva que los religiosos y religiosas aún no habían explorado.
En medio del camino, el pequeño grupo de misioneros y misioneras fue abordado por indígenas de aspecto un tanto peculiar, distinto al de otras comunidades indígenas. Estos parecían por su vestimenta y abalorios un tanto más agresivos. Pero ya se sabe que si hay gente de buena fe y que aún mantiene algo de inocencia son precisamente la gente de misiones, así que, sin miedo ni sospecha alguna, fueron dirigidos, sin oponer resistencia, al poblado.
Nada más llegar, ella se dio cuenta de todo, interpretó, sirviéndose de su inteligencia emocional, los gestos de aquellos aborígenes. Aquellas sonrisas que dejaban ver todos los dientes, los que les quedaban, no eran en realidad de bienvenida, sino de "¡qué ricos estarán y qué hambre tenemos!"
Allí estaba su final, el final de la "masoca", la sufridora. -"¡Qué ironía del destino!", pensó. Pero tal vez el destino no juega con la ironía, sino que simplemente se dedica a ser eso, DESTINO.