Ese año el viaje lo hicieron en Julio, a principios. Nunca lo habían
hecho tan al principio del verano, pero resultaba ser la mejor fecha por
el hotel allí, en Nueva York.
Todos los veranos hacían( su mujer y
él) un viaje "largo" que luego completaban en semana santa o en algún
puente con otro viaje más cercano, pero también fuera del pais y
redondeaban con escapadas a algún lugar bonito de la península ibérica.
Estos
viajes de su vida en común habían aportado, entre otras cosas de mayor
relevancia, una gran cantidad de imanes de nevera con los destinos:
Buenos Aires, Uruguay, Brasil, México, Nueva York, Shanghai, Beijing,
Atenas, Estocolmo, San Petersburgo, y un largo etcetera.
Su pasaporte
estaba casi cubierto por entero de sellos de todo tipo y color de las
distintas aduanas y fronteras por las que había transitado. Pero, en
ninguna se había encontrado consigo mismo, con su verdadero SER, con su
ESENCIA y él, lo necesitaba.
Entre tantos ""viajes", se decía, tengo que encontrarme conmigo mismo.- No puedo seguir sin saber quién soy-
El
se consideraba un auténtico "buscador" y ejercía como tal.Sabía que lo
habitaba un "personaje", un personaje que siempre presentaba buena cara,
un auténtico mediador y pacificador, alguien que había renunciado a si
mismo para vivir a través de los demás, de forma parasitaria.
Como
buen buscador, una de las primeras metas que se puso fue la conocerse
bien y a fondo, estaba totalmente de acuerdo con la máxima que dice:"
conocerse a fondo es tomarnos el tiempo necesario para mirarnos
interiormente, conectar con lo que creemos, pensamos, sentimos,etc".
Los
viajes, siempre pensó, al menos tras leer a algunos escritores
viajeros, siempre estimulan el autoconocimiento y por tanto favorecen el
encuentro con uno mismo.
Y, allí estaba, en Nueva York, un lugar que seguramente le ayudaría al autoencuentro.
Esta
ciudad es un lugar perfecto,pues es completamente desconocida por un
lado(él nunca la había visitado, y familiar, tremendamente familiar, por
otro, de tanto verla en el cine, documentales y fotografias.
Las 8
horas de vuelo las consiguió pasar entretenido, gracias a ella, a su
mujer, que sabedora de los malos tragos, sobre todo en despegues y
aterrizajes, siempre lo cogía de la mano y conseguía calmarlo lo justo
para no empezar a dar voces en el avión, con el consiguiente resultado
de acabar siendo malinterpretado.
El aterrizaje en el JFK fue impecable y también lo fue el trato de los funcionarios.
Esto va bien, se dijo, en un sitio en que todo funcione bien debe resultar más fácil encontrarse, o, será al revés?.
El
hotel estaba fenomenal, a dos calles de la quinta y a dos bocacalles
del Empire state.El primer sito al que decidieron ir fue, curiosamente, a
Central Park, un simple parque?, NO, en el Central Park, entre otras
muchas escenas de películas, ocurre una genial de la película Bananas de
Woody Allen, que él recordaba muy bien, Woody está paseando con la
novia por el parque y ella le dice que lo va a dejar, él pregunta que
porqué.Ella suelta, como una metralleta un montón de argumentos como:
porque eres feo y bajito, cobarde,haces mal el amor, eres un neurótico
incorregible, n fracasado como hombre, y otras cosas más. Cuando ella
termina el rosario entero de razones, él dice-"Si, vale, pero, y lo
demás?.
Esta escena recordada allí mismo, en un banco, le hizo
reflexionar unos breves instantes, se sentía como Woody un fracasado
neurótico?. Fracasado, tal vez, era un firme candidato, pero un
neurótico????.....tal vez.
Ahora bien, aquello que en Central Park
lo tuvo al borde de la meditación propiamente dicha fue el encontrar el
Imagine que Yoko Ono mandó hacer frente al edificio dakota en honor de
John Lennon.
El ambiente era de recogimiento y velas y entonces
recordó aquella frase de John:"La vida es aquello que te va sucediendo
mientras te empeñas en hacer otros planes". Eso si le llegaba, él que
era experto en no hacer planes comprobaba siempre como la vida se empeña
en ir a su bola, en suceder, sin más, hagas o no planes.
De
vuelta al hotel entraron a conocer el vestíbulo la Gran estación central
de trenes, otro lugar muy cinematográfico. Allí encontraron un grupo de
turistas venezolanos con un guia que comentó algo referente a los
llamados "hombres topo". Nunca había oido hablar de eso asi que decidió
buscarlo en internet.
Encontró que se trataba, al parecer, de una
leyenda urbana que hablaba de grupos de desposeidos que viven bajo
tierra aprovechando las vias y estaciones de metro abandonadas. Serían
miles de personas agrupadas en diferentes tribus y regidas por reglas.
Esto
le llevó a reflexionar sobre su sombra, sobre la sombra de toda la
especie, la sombra humana, pero no pudo evitar, en medio de su "profunda
reflexión" , pensar cuán estúpido resulta irse a vivir bajo tierra para
acabar reproduciendo el mismo modelo que en la superficie.
Su
encuentro, al dia siguiente, con la estatua de la Libertad fue casi como
un flechazo, cuando la divisó a lo lejos desde el ferry ya no pudo
apartar su vista de ella.
Allí estaba aquella figura cargada de
simbología, representando con su antorcha las luces, el conocimiento y
fundamentalmente siendo el máximo exponente de la lucha por la libertad
frente a la opresión.
Su fascinación por la estatua le fue
trayendo pensamientos, y tras éstos vinieron a él emociones encontradas
que le recordaron como un pais, al igual que cualquier individuo sólo,
busca su propia evolución, su crecimiento, al tiempo que se autodefine y
establece de esta manera su verdadero SER.
A la vuelta, un paseo
por los muelles les llevaron hasta el mismo pie del puente de Brooklin.
Ahhh!!, ese sí que resultaba familiar, tremendamente familiar, era tan
conocido!!.
Allí sentado, junto al puente , observándolo
atentamente, hasta el más mínimo detalle, recordó la significación
onírica que los puentes tienen que se podría resumir en la realización
posible de los anhelos y la superación de adversidades, sin olvidar que
un puente siempre es el camino que trazamos entre un punto( el lugar
dónde nos hallamos)y otro punto(el lugar dónde queremos llegar).
Y
así se encontraba él, en tránsito, como cruzando puentes, puentes
diseñados a veces demasiado aprisa, puentes que conducían al encuentro
con su verdadero SER.
Ese camino de encuentro con el ¿quién soy
yo? lo podía realizar gracias a la luz y el conocimiento, que como la
estatua de la libertad representaba, permitía al ser humano encontrar su
libertad y alejarse de cualquier posible opresión sobre su esencia.
Pero,
recordando el vestíbulo de la Gran estación central y la leyenda de la
"gente topo", vino a su mente la SOMBRA, esa parte de nosotros , de
nuestra realidad, que no queremos reconocer ni aceptar, esa parte
nuestra no iluminada( como el subsuelo de la ciudad) a la que llevamos
miedo y duda para no sufrir..
Todo había comenzado en realidad en
el Central Park, en el encuentro con el Imagine de Lennon y la frase
aquella de que "la vida es...." Ahí había comenzado su periplo
reflexivo, su búsqueda paralela de significaciones y respuestas a
preguntas que le acercaran a su verdad. Aunque hay que reconocer que
nada de ésto hubiera sido posible si no hubiese recordado la escena
aquella de Woody Allen en Bananas.
No consiguió encontrarse, le
llegó, sólo en algunos momentos muy puntuales, un ligero aroma de su
esencia. Pero eso era algo a lo que estaba acostumbrado, no le era
suficiente, pero "menos es nada" pensaba.
Volvieron de Nueva York y
él trajo muchas grabaciones en video y fotos de la ciudad y también
alguna pista sobre la que ponerse a reflexionar, aunque en realidad no
muy precisa..-"Pero bueno, dijo,un día de éstos de tanto viajar, a lo
mejor me encuentro.
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