sábado, 16 de mayo de 2015

CANSADO DE...

CANSADO DE.... Era el vigésimo bostezo en los últimos cinco minutos y tenía la fuerza y el aspecto leonino de cada uno de los diecinueve anteriores. Estaba cansado..........si, si....cansado, cansado de no hacer nada, algo que agota mucho,. mucho. Años atrás, en su juventud, solía decir que estaba cansado porque tenía unos padres tan trabajadores, que él había nacido ya extenuado. Aunque alguno que otro le riera la gracia, la mayoría de los que le oían pensaban:- vaya tontería que acaba de decir, que inmadurez tan supina . Así, casi sin ser consciente de ello se fue labrando esa imagen de "vago simpático" Los vagos pueden tener fama de simpáticos, menos de lo que se cree, pero pueden resultar simpáticos. Hasta que te toca, hasta que te afecta directamente. Entonces, los vagos son una pesadísima losa con la que hay que cargar, se puede tardar muy poco en sentirse mal por haber dejado que un vag@ haya entrado en tu vida, fundamentalmente para que te resuelvan las cosas y seguir descansando allí. La cosa es: los vagos se cansan realmente?, o se hacen vagos para no cansarse?, hay que cansarse primero para poder reivindicar la vagancia, el derecho a volverse un vago? ¿Podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que todos los vagos se cansan, aunque no todos los que se cansan son vagos? El caso es que él , un viejo reivindicador de la vagancia, llevaba tiempo diciendo y proclamando a los cuatro vientos que estaba CANSADO. Cuando le preguntaban de qué estaba cansado le entraba esa desazón característica del que no tiene una respuesta madurada ni esbozada, ni imaginada siquiera, Entonces su respuesta era: -no sé, de todo un poco- y ya no era capaz de seguir especificando. En alguna ocasión, casi siempre en sus reflexivos tiempos de baño, cumpliendo con la naturaleza, le había venido a la mente que su cansancio era realmente ABURRIMIENTO. De joven se sintió como un viejo prematuro y ahora , de mayor se sentía como un joven tardío, bastante tardío. Con este panorama parecía que su sino eran estar en permanente distonía con el tiempo que le tocaba vivir y, eso no era ni aburrimiento ni cansancio, se le podía llamar DESFASE , desgraciado desfase. Si este pensamiento fuera considerado como una tesis válida, entonces las cosas cambiaban mucho, porque podía pasar de ser responsable último ,tanto en el caso del aburrimiento como en el cansancio, a ser una VÍCTIMA del destino, azar o lo que fuera. Algo superior a él mismo y a su voluntad o capacidad de intervención para cambiar le obligaría entonces( de confirmarse)a tomar una actitud de serenidad y aceptación. Llegar a ese posicionamiento de aceptación no era algo inalcanzable para él, ya se había estrenado con otros frentes de batalla ante los que tuvo que hacer valer aquello de : aunque no podamos cambiar la realidad, si podemos cambiar nuestra manera de vivirla. Y la divagación, guarda relación con el cansancio?, no era una pregunta que se hiciera con excesiva frecuencia, pero si, alguna vez lo había asociado. Y todo por su afición a divagar, esa sí que tenía arraigo en él. Era un verdadero experto, casi un maestro de la divagación. Incluso se había permitido llegar a publicar un libro de divagaciones, con muy poco éxito, pero publicado al fin y al cabo. La practica de la divagación de manera entrenada y aprendida es realmente agotadora, requiere ,curiosamente ,de una gran dosis de concentración para evitar que la mente se reorganice constantemente de manera natural, como impulso propio. Sin embargo, en naturalezas viscerales , donde la razón duerme en rincones ocultos, la divagación es un fluir constante de temas, especulaciones, teorías que se cruzan, se entremezclan y se diluyen para no retornar. La divagación puede, se dijo, llegar a producir cansancio cuando es excesiva, pero no creía que pudiera guardar relación con su agotamiento.. Tras repasar algunas hipótesis más en busca de la explicación a su cansancio, y, tras un largo período de tiempo con ese malestar , esa sensación de hartazgo en el ánimo y en el cuerpo, tomó la mejor decisión que visceralmente se puede tomar. Decidió zanjar todo este devenir, reflexión al canto: no se trata de cansancio ni de aburrimiento. El desfase si guarda una cierta relación, aunque es muy indirecta y en este caso mas aún,se trata de HARTAZGO, localizado corporalmente en la barriga( hinchada como un globo en ese momento) al que acompañan sensaciones como de cansancio y otras equívocas, todo ello causado directamente por los 2 platos de tradicional fabada que se había empujado hacía más de una hora. La solución no se hallaba en la mente, ni en los libros o prácticas mentales de meditación trascendental, sino en un buen vasito colmado de sal de frutas, unos ruidos sordos que nacen en la garganta al tiempo que se abre la boca y que tras el rastro de un huracán de aire expulsado, proporciona una sensación de descanso y vaciamiento verdaderamente milagrosos. Siempre suele decir que su vida es una verdadera divagación y no es consciente de que El es quien la convierte en eso. Haciendo honor a su fama de divagador, decidió zanjar ese tema con la intervención de funciones corporales significativas, convirtiendo, una vez más ,la formulación de hipótesis, la reflexión, el aprendizaje vicario y cualquier otra tarea propia de la mente en un TOTUM REVOLUTUM( como suele gustarle) y hasta la próxima, eso si, con cansancio, porque ser así CANSA,MUCHO, CANSA MUCHO

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