domingo, 30 de agosto de 2015


                              A VECES CREEMOS...

    A veces creemos que nuestra actitud de " paciente espera",noble espera, es REAL, se corresponde al cien por cien con nuestro sentir. No nos damos cuenta de que un análisis un poco más profundo nos confiere mayor sinceridad y más proximidad con el " verdadero sentimiento". Tomo como ejemplo, para aquellos que han seguido la crónica de mi viaje a Tailandia, la creencia que yo manifestaba con respecto al país. Afirmaba entonces, que iba allí sin expectativa alguna, solo a ver qué me encontraba. Este posicionamiento lo convertí en firme creencia, tomando como ejemplo la "sorpresa" que el verano anterior había resultado Turquía. Así lo mantuve durante todo el tiempo de estancia en Tailandia, cada vez más reforzando, según pasaban los días.
    Ni siquiera caí en la cuenta de que mi PASIVIDAD, mi " dame- dame", escondía realmente una clara actitud de espera, de expectativa. Desde mi pasividad le estaba reclamando a Tailandia que me diera un montón de cosas( cuando uno espera cobijado, las expectativas pueden llegar a ser desmedidas).
   El hacerme consciente de esto me llegó después de darme cuenta, primero, de que mi actitud pasiva, receptora en exclusividad, no me permitiría nunca alcanzar un goce de lo recibido: los árboles me impedirían ver el bosque.
   Cuando conseguí superar esa fase, vino la escucha de mi parte, un abandono de la pasividad y un estar atento a lo que podía llegar. Aquí se me hizo claro que yo tenía expectativas con Tailandia, que esperaba que no me defraudara y que me confirmara que la elección de aquella tierra como lugar de vacaciones sería un acierto. Al llegar a ese punto, entendí mi error y el consecuente cabreo que venía arrastrando. El río me dio la respuesta, el testigo de tanta violencia, de tantas desgracias, sufrimiento e injusticias, durante la interminable guerra de Vietnam me dio comprensión, consciencia, la respuesta que necesitaba: FLUIR
   Entonces el velo cayó, comprendí algo que traspasa un viaje MÁS, algo que resulta una constante en mi vida: esperar PASIVAMENTE que la vida, los demás, ME DEN. Que me den porque sí, sin reflexionar tan siquiera si yo HAGO ALGO para merecerlo, si soy generoso y doy al tiempo que recibo. O dar sin más.Tailandia me regalaba una excelente enseñanza.
Todo lo que aquí reflexiono lo he ido trasladando poco a poco a otros planos y aspectos de mi vida, sacando las pertinentes conclusiones y he ido haciendo bandera  del verbo FLUIR.
    Fluir con la vida, fluir con la naturaleza, con el Universo, con los otros seres humanos. Fluir es una forma de entender la vida, no es dejarse llevar, no es abandono y pasividad, por contra, es amar lo que se tiene, enamorase de ello y valorarlo, ir con el Universo, la naturaleza, la humanidad sin resistencias egocéntricas y de un modo activo.
    Un país y un río me han enseñado cual es el camino que debo recorrer para encontrarme con mi ser auténtico, con mi yo.
    Te recomiendo a ti, lector paciente, que hagas una reflexión lo más sincera posible sobre tu capacidad o no de fluir, fluir con todo para poder encontrar tu verdadero SER.        
    A veces creemos que nuestra actitud de " paciente espera",noble espera, es REAL, se corresponde al cien por cien con nuestro sentir. No nos damos cuenta de que un análisis un poco más profundo nos confiere mayor sinceridad y más proximidad con el " verdadero sentimiento". Tomo como ejemplo, para aquellos que han seguido la crónica de mi viaje a Tailandia, la creencia que yo manifestaba con respecto al país. Afirmaba entonces, que iba allí sin expectativa alguna, solo a ver qué me encontraba. Este posicionamiento lo convertí en firme creencia, tomando como ejemplo la "sorpresa" que el verano anterior había resultado Turquía. Así lo mantuve durante todo el tiempo de estancia en Tailandia, cada vez más reforzando, según pasaban los días.
    Ni siquiera caí en la cuenta de que mi PASIVIDAD, mi " dame- dame", escondía realmente una clara actitud de espera, de expectativa. Desde mi pasividad le estaba reclamando a Tailandia que me diera un montón de cosas( cuando uno espera cobijado, las expectativas pueden llegar a ser desmedidas).
   El hacerme consciente de esto me llegó después de darme cuenta, primero, de que mi actitud pasiva, receptora en exclusividad, no me permitiría nunca alcanzar un goce de lo recibido: los árboles me impedirían ver el bosque.
   Cuando conseguí superar esa fase, vino la escucha de mi parte, un abandono de la pasividad y un estar atento a lo que podía llegar. Aquí se me hizo claro que yo tenía expectativas con Tailandia, que esperaba que no me defraudara y que me confirmara que la elección de aquella tierra como lugar de vacaciones sería un acierto. Al llegar a ese punto, entendí mi error y el consecuente cabreo que venía arrastrando. El río me dio la respuesta, el testigo de tanta violencia, de tantas desgracias, sufrimiento e injusticias, durante la interminable guerra de Vietnam me dio comprensión, consciencia, la respuesta que necesitaba: FLUIR
   Entonces el velo cayó, comprendí algo que traspasa un viaje MÁS, algo que resulta una constante en mi vida: esperar PASIVAMENTE que la vida, los demás, ME DEN. Que me den porque sí, sin reflexionar tan siquiera si yo HAGO ALGO para merecerlo, si soy generoso y doy al tiempo que recibo. O dar sin más.Tailandia me regalaba una excelente enseñanza.
Todo lo que aquí reflexiono lo he ido trasladando poco a poco a otros planos y aspectos de mi vida, sacando las pertinentes conclusiones y he ido haciendo bandera  del verbo FLUIR.
    Fluir con la vida, fluir con la naturaleza, con el Universo, con los otros seres humanos. Fluir es una forma de entender la vida, no es dejarse llevar, no es abandono y pasividad, por contra, es amar lo que se tiene, enamorase de ello y valorarlo, ir con el Universo, la naturaleza, la humanidad sin resistencias egocéntricas y de un modo activo.
    Un país y un río me han enseñado cual es el camino que debo recorrer para encontrarme con mi ser auténtico, con mi yo.
    Te recomiendo a ti, lector paciente, que hagas una reflexión lo más sincera posible sobre tu capacidad o no de fluir, fluir con todo para poder encontrar tu verdadero SER.        

martes, 25 de agosto de 2015

domingo, 23 de agosto de 2015

Mas cerca aun

MÄS CERCA AÜN...
I
Sentía unas inmensas ganas de escribir algo propio desde el mismísimo altar del pensamiento, que  sabe por qué azarosas razones, ¿destino tal vez? lleva como nombre "El temerario", si darle mucha cancha.. al pensamiento fuese un verdadero peligro.
Argumentos para contar algo interesante tenía muchos, aunque el momento pedía "excelencia" y eso era ya un bien más escaso.
Además se manejaba con la "un tanto fea costumbre" de hacerse el listo a base de decir a los demás que es tonto.
Todo parecía proclive, excepto por una cosa, y, era , que cada vez que sacaba fotos estupendas se las perdía, cada vez que filmaba video permitía a los demás asombrarse con las imágenes a costa de perderse siempre el momento.
Tuvo miedo de que en esta ocasión ,por escribir alguna mediocre historia ,se perdiera lo que sucedía en el

Mas cerca


Cerca de.....

En este preciso instante me encuentro en el Café Le Temeraire, en la avda Dausmenil de París.
Ëste es el café donde cada miércoles el ,maestro Alejandro Jodorowski se deja caer y lee, o leía, altruistamente el tarot a quien se acercara a su mesa y se lo pidiera.
No siempre viene, hoy es ya un poco tarde para que se deje caer.
De todas formas será un honor compartir el espacio con tan gran maestro.
Jodorowski es un hombre de antaño, de los que van quedando pocos y tienen difícil recambio. Hombres( y mujeres) auténticamente renacentistas, pluripensadores y multihacedores.
Soy , en cierta medida, un seguidor y lector de Alejandro Jodorowski y confieso que una de las declaraciones de él que más me impresionaron fue a cuenta de la preguntita.."¿Que sentido cree que tiene la vida?", a lo que el maestro respondió algo que muchos ya dijeron pero que en él sonaba demoledor en cuanto a lo sencillo "Tal vez el sentido de la vida sea...vivirla".
Sólo con eso Jodorowski me deconquistó

miércoles, 19 de agosto de 2015

Y DESPUÉS

y DESPUËS.............. Aun arrastro mi humilde agradecimiento al río Mekong por la enseñanza que dejó en mi durante mi estancia en Tailandia, por hacerme ver, con total consciencia, que lo mejor es fluir. Desde la vuelta me siento un tanto desorientado,no acomodado( al contrario de lo que sucedió en otros numerosos viajes, a los que le siguió una rápida adaptación). Si me encuentro a mi mismo en una escalera, probablemente me preguntaría si voy o si vengo, si subo o bajo. Con respecto al nivel de DESPERTAR con que me encuentro, diría que ando con un 50% como máximo, de rendimiento. No voy a meter en la rueda de las responsabilidades a cosas tan peregrinas como el altísimo grado de humedad tropical, o los monzones en general. Este viaje fue una aventura con los ojos cerrados, como Turquia, sin espectativas, sin esperar nada y dejandose poseer por la propia tierra. Pero, el resultado no fue el mismo, aquí faltó enamoramiento, embrujo, amor a primera vista. En mi actitud hubo excesiva PASIVIDAD, espera .Las cosas así no funcionan, eso lo fui aprendiendo al paso de los días. Sabía que mi actitud no era buena, que así no funcionaría, pero no sabía que podía hacer. Hasta que el río Mekong me dió la respuesta: FLUIR Fluir no es dejarse llevar, no es resignarse al destino o a algún sino programado, fluir no es abandono ny pasividad. Fluir es enamorarse de lo que hay, amar lo que se tiene y valorarlo fluyendo sin resistencias pero de modo activo. El último día de estancia en Chiang Mai, en el paseo con los elefantes y en la visita( meramente económica, mercantil) al poblado de las mujeres jirafas sentí una paz interior y exterior muy grande. La exterior vino determinada por algo que ya experimenté en el viaje a las Cataratas de Iguazú, el silencio de la selva, un silencio profundo, la humedad que te moja, te hidrata y probablemente la presión atmosférica. Todo eso produciendo ,a nivel físico una gran paz, un sosiego relajante y muy agradable.La interior me vino producida por el contacto con los elefantes a través del tacto, el influjo de lo externo y fundamentalmente por la actitud , ya clara, de fluir. Si hubiese permanecido en Tailandia unos días más habrían sido de gran provecho y muy ricos en aprendizajes. Ahora, tal vez estoy haciendo una tarea, a nivel aún inconsciente de dejar penetrar en mí todo lo VERDADERAMENTE aprendido, trasladándolo instantaneamente a mi vida cotidiana e intentando extrapolarlo para que pueda ser enriquecedor para otras personas. Esto me va a forzar( bendito forzar) a DESPERTAR a mayor velocidad: BUEEENASSSS!!!!

viernes, 7 de agosto de 2015

LAS CRÓNICAS TAILANDESAS

LAS CRÓNICAS TAILANDESAS SOBREVOLANDO ITALIA Al igual que hice a la vuelta de Turquía el verano pasado, repito actividad de escribir en vuelo. Esta vez es en la ida del viaje y un poco más lejos, Tailandia. Vuelvo a sentir la necesidad de escribir como una forma de ahuyentar el miedo, miedo de estar a casi 15000 pies del suelo y sobre todo el miedo de pensar las horas que aún quedan por estar a unos 14 o 15 mil pies del suelo. En el escrito de Turquía decidí, al poco de haber comenzado la crónica, darla por terminada y hacer frente a mi miedo, mirándole a la cara y sin distracciones.Esta vez, habiendo aún por delante tantas horas lo mejor es escapar un ratito creando un texto lúcido que solo el miedo es capaz de inventar. Con ello albergo la esperanza de sacar algo más o menos conexo y entretenido, aunque lo más probable es que termine llenando de palabras con escaso sentido una hoja, vamos como para una crónica de la nada, o una crónica balbuceante. Tomo una decisión en este mismo momento que creo me va a garantizar el resultado literario, hago un receso por agotamiento, y luego continuo..... El receso se ha alargado mucho, ahora estamos por encima de Kabul ( Afganistan ), el miedo no ha desaparecido. No, si al final ,me voy a tener que empujar un Lorazepán para encontrar un poco de sosiego, las maniobras distractoras no funcionan, ya me conozco todos los trucos. Nadie me puede decir que tengo un bajo nivel de empatía con los afectados de fobias, trastorno de ansiedad, trastorno de pánico y " ansiosos" en general. Una vez más , me toca apagar todo, encender mi interior, conectar con él y hacer frente a todo PREPARANDO EL RESTO Pasó Bangkok y vamos a por el resto de Tailandia, la lluvia siempre presente, pero no impidiendo la continuación de este viaje programado y ofrecido por losTouroperadores desde miles de kilómetros de distancia. Nuestro guía en Tailandia parece no cansarse nunca de transmitirnos información de su pais, es como si quisiera ganarnos para su causa, que fueramos testigos del progreso de este país en los últimos años y transmitir esa idea al resto de la humanidad. Escribo esta crónica desde nuestro llamativo y peculiar bus que nos va a representar en los próximos días. Acabamos de hacer la visita al mercado flotante, pasando por los innumerables canales llenos de puestos. Hay un ambiente tranquilo, con pequeños cocodrilos incluidos. El trayecto resulta bastante relajante, por el cansancio que venimos acumulando ,casi se podría calificar de aburrido.Ahora bien, si pusiesen unas mantas y un poco de música oriental sería un lugar apropiado para la meditación. ....Hace unos días abandoné la crónica del viaje, lo hice por verdadero agotamiento Cada día empezamos el periplo a una hora excesivamente tempranera. Agotados, sin tiempo a recuperar, comenzamos una nueva jornada de verdadero sacrificio. Nuestras fuerzas parecen estar por los suelos. A lo agotador del viaje en si se le suele añadir un calor sofocante y una humedad altísima. Los monzones arrecian y llueve a mares, con este nivel de estrés decido interrumpir, temporalmente las crónicas mientras no se alcance un nivel de paz estable, termino esto desde el autobús por carretera, lloviendo a mares y a toda pastilla, alguien da más? KARATE A MUERTE EN BANGKOK Así se titulaba una película que vi hace mil años, en mi etapa de universitario perezoso en Madrid. No recuerdo nada de la peli, salvo su título, quizás lo más llamativo, y de lo que me acordé cuando decidimos visitar este pais, Tailandia, en aquella epoca era sinónimo de corrupción, turismo sexual, masajes, tráfico de opio, y otras cosas por el estilo. Y asi fue durante unos años, hasta que dejé de oir cosas de alli y el tiempo pasó Hasta este año que empezamos a preparar las vacaciones de verano y se nos ocurrió, por alguna razón que desconozco,`plantear, entre otras alternativas, la de Tailandia. Y salió ganadora con prontitud, porque siendo tan lejano( 12 horas de avión)tal vez no sea posible contemplarlo como opción permanentemente. O tal vez las razones discurran por otros derroteros, pero en todo caso Tailandia ganó como poco una opción de viaje largo del año 2015. Y aquí estamos, o mejor dicho , estoy, porque escribo esta crónica desde el restaurante buffet del hotel Le Merdien en Chiang Rai cenando yo solo porque Carmen se encuentra un poco mal y está descansando en la habitación. No obstante ahora estoy en la certeza de que Bangkok y por extensión Tailandia ya no es el título de una peli de chinos o algo parecido. Tailandia ya está por derecho ,por sus costumbres tan distintas,por la sonrisas siempre dibujada en sus gentes incorporada a mis vivencias, a mis recuerdos, a mis emociones, me enseña algunas cosas nuevas y, sobretodo me enseña cosas de mi NAVEGANDO POR EL MEKONG Ayer fue un día de emociones encontradas, y no me refiero a nada psicológicamente complejo o sesudo.Me refiero al simple hecho de encontrarse, al mismo tiempo emocionado y cabreado Emocionado por encontrarme a bordo de un pequeño barco navegando por el mítico río Mekong, visto en tantas películas sobre la guerra de Vietnam. Tan emocionado que en algún momento creí oír La cabalgata de las Walquirias y el tema The End de The Doors. Y, conviviendo con esa emoción, un gran cabreo, el que produce el agua cuando entra a chorro dentro de la barca a instancias del viento y la lluvia incesante produciéndote una mojadura de mil pares. Emoción y cabreo, una convivencia difícil pero a la que uno se acostumbra fácilmente si se deja fluir. Eso fue lo que yo hice aquí, en el Mekong, a unos 10.000km de nuestra tierra, dejarme llevar, fluir con este viejo conocido, al que le pasa un poco lo que a Nueva York (cuando vas a conocerla, es una ciudad tantas veces vista que te resulta familiar, como si ya la conocieses). Fluyendo con sus aguas marrones, en un día típico de monzón( lo hace más real aún) y dejando, al mismo tiempo que las emociones confluyan con el cabreo, una emoción más al fin y al cabo. El resultado ha sido vivencialmente interesante, me ha enseñado que fluir cuando piensas que ya todo está perdido, o lo ves perdido, te hace recobrar esperanza, y recuperar esperanzas es volver a ser capaz de sentir cosas que a veces dabas por perdidas. Hoy el Mekong me ha enseñado esta lección, gracias río de la vida TAILANDIA FINAL CON ELEFANTES Y JIRAFAS Tengo un sabor agridulce, como la propia Tailandia. Dulce como la sonrisa de sus gentes y agria como esa realidad aún presente que me hizo encontrarme en el ascensor del hotelLe Meridien de Chiang Mai con un cincuentón largo baboso sobando a una nativa de unos 17-18 años que le miraba insinuante. Ese encuentro me puso los pies en tierra, me ayudó a comprender el porqué del sentimiento "encontrado" en la visita a las mujeres jirafas y al campo de elefantes Es la parte sombría del ser humano, aquella que mi ser no quiereVER( así, con mayúsculas) pero que inevitablemente la vida me da con ello de narices Carmen dice que los elefantes no deberían vivir trabajando, son salvajes y su estado natural tiene que ser vivir en libertad, suscribo completamente esa visión El elefante es el animal totémico del eneatipo 9 ( el mío), por la poca consciencia que tiene de sí mismo y de su poderío. A mi me atrajo mucho desde que era un niño y, con todas las reservas del mundo quise dar el paseo montado en él Durante el trayecto mi pie iba en contacto con la gruesa piel de su cuello y pude sentir su inconsciente fuerza y su cabezonería. A través de ese contacto conecté con mi propia inconsciencia y mi temperamento rendido Los elefantes me siguen dando miedo,de ellos y de mi mismo En cuanto al sentimiento con respecto a las mujeres jirafas es una cuestión básicamente de rechazo a la explotación del hombre por el hombre y sería para otra crónica. Ahora estamos de vuelta a España, próximos a aterrizar en Barajas y en el "mundo"que nos ha tocado vivir o que hemos elegido. Estoy concluyendo que este viaje tiene el sentido de que es un viaje" necesario", sirve para contrastar con otros anteriores y sacar las conclusiones que sean necesarias. Solamente quiero acabar deseando, con respecto al lector de estas crónicas de Tailandia que no le hayan sido demasiado aburridas ds