Si deciamos que el SER es ese estado sutil y dificil de
describir que buscamos constantemente, si decimos que el SER es lo
que queda después de quitarnos los atributos que nos identifican,
entonces, la conexión con nuestro niño interior nos aproxima a
nuestro verdadero SER.
Sabemos que que para responder a ¿Quien soy yo? Es
necesario conocerse a fondo, tomarse el tiempo para mirarnos
interiormente y conectar con lo que creemos, pensamos, sentimos, etc.
Cada edad que hemos vivido está dentro de nosotros y cuando éramos
niños y las cosas no iban bien pensábamos que algo no funcionaba en
nosostros y decíamos: no sirvo, soy inepto, no valgo lo bastante,
etc.
De adultos hemos olvidado la alegria de vivir, la
inocencia que teniamos cuando niños, hemos perdido la conexión con
el niño y él sigue ahí, oculto y reprimido y quiere sentirse
escuchado y aceptado.Las heridas que sufrimos de niños salen a la
superficie en forma de creencias, miedos y comportamientos
El perfeccionismo y el miedo son síntomas de la
desconexión adulto-niño.
Cuando no puedes intimar con otras personas es porque no
sabes cómo intimar con tu propio niño interior.
Conectar entonces con nuestro niño interior es una
forma de acercarnos más a nuestra esencia y descubrirnos. En la
meditación de conexión vamos a preguntarle como se siente, que
piensa, si está triste, si se siente querido, etc.
Ahora bien, no perdamos de vista que el niño necesitó
crear una máscara para que le aceptaran, para que lo tuvieran en
cuenta.
Por esto, aunque nuestro niño interior está más cerca
de nuestra esencia, de nuestro verdadero ser, será necesario
quitarle la máscara, des-enmascararlo( la careta es el llamado Ego),
y, hay que hacerlo con precaución pero con firmeza.
Es necesario hacerle ver y saber que ya no la necesita,
que nosotros(yo) le queremos tal cual es.
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