miércoles, 19 de agosto de 2015

Y DESPUÉS

y DESPUËS.............. Aun arrastro mi humilde agradecimiento al río Mekong por la enseñanza que dejó en mi durante mi estancia en Tailandia, por hacerme ver, con total consciencia, que lo mejor es fluir. Desde la vuelta me siento un tanto desorientado,no acomodado( al contrario de lo que sucedió en otros numerosos viajes, a los que le siguió una rápida adaptación). Si me encuentro a mi mismo en una escalera, probablemente me preguntaría si voy o si vengo, si subo o bajo. Con respecto al nivel de DESPERTAR con que me encuentro, diría que ando con un 50% como máximo, de rendimiento. No voy a meter en la rueda de las responsabilidades a cosas tan peregrinas como el altísimo grado de humedad tropical, o los monzones en general. Este viaje fue una aventura con los ojos cerrados, como Turquia, sin espectativas, sin esperar nada y dejandose poseer por la propia tierra. Pero, el resultado no fue el mismo, aquí faltó enamoramiento, embrujo, amor a primera vista. En mi actitud hubo excesiva PASIVIDAD, espera .Las cosas así no funcionan, eso lo fui aprendiendo al paso de los días. Sabía que mi actitud no era buena, que así no funcionaría, pero no sabía que podía hacer. Hasta que el río Mekong me dió la respuesta: FLUIR Fluir no es dejarse llevar, no es resignarse al destino o a algún sino programado, fluir no es abandono ny pasividad. Fluir es enamorarse de lo que hay, amar lo que se tiene y valorarlo fluyendo sin resistencias pero de modo activo. El último día de estancia en Chiang Mai, en el paseo con los elefantes y en la visita( meramente económica, mercantil) al poblado de las mujeres jirafas sentí una paz interior y exterior muy grande. La exterior vino determinada por algo que ya experimenté en el viaje a las Cataratas de Iguazú, el silencio de la selva, un silencio profundo, la humedad que te moja, te hidrata y probablemente la presión atmosférica. Todo eso produciendo ,a nivel físico una gran paz, un sosiego relajante y muy agradable.La interior me vino producida por el contacto con los elefantes a través del tacto, el influjo de lo externo y fundamentalmente por la actitud , ya clara, de fluir. Si hubiese permanecido en Tailandia unos días más habrían sido de gran provecho y muy ricos en aprendizajes. Ahora, tal vez estoy haciendo una tarea, a nivel aún inconsciente de dejar penetrar en mí todo lo VERDADERAMENTE aprendido, trasladándolo instantaneamente a mi vida cotidiana e intentando extrapolarlo para que pueda ser enriquecedor para otras personas. Esto me va a forzar( bendito forzar) a DESPERTAR a mayor velocidad: BUEEENASSSS!!!!

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