viernes, 11 de julio de 2014
ALLÁ VOY
El
aire resultaba ya molesto y ella sin tener hora reservada en la
peluquería , realmente lo iba a necesitar, no podía presentarse al
cocktail con esas greñas.
¿A quién se le había ocurrido la idea, la "genial idea"?.
A Marisa, su hermana, que andaba siempre detrás de la aventura como una
eterna niña. Siempre como una campanilla en el cuento de Peter Pan.
Tenía que haber hecho caso de su sentido común. Cuando noto, al titilar
de la argolla que algo se enredaba, se le hizo un nudo en la garganta,
y, al hacerlo con la argolla de emergencia toda la tela del paracaídas
se hizo un gurruño.
Ahora si que no hay solución, se dijo, y, según el suelo se le acercaba
recordó ,macabramente" el chiste de aquel que le ocurrió lo mismo y,
antes de estamparse en el suelo, dijo:": "joder , ahora sólo faltaba que
no haya nadie abajo esperándome
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