Lo primero que sucedió fue el "contacto con disimulo", la mirada a distancia, con gesto de miopía y pasando de largo la vista.
Según se fue acercando, la mirada comenzó a ser fija, sin disimulos, sin despistes de miopía, los ojos fijos en un punto( esta vez a la altura de la cintura) .
Había en él, no obstante, un cierto aire de "parecer" otra cosa, sin la consabida intención.
¿Se habría equivocado?, ¿fue tal vez sólo un presentimiento?,¿un falso presentimiento?.
Al llegar junto a ella la duda se disipó, la cordura volvió a sus fueros y una vez más lo que tiene que ser....es.
El preguntó:"-¿cuánto un completo?", ella, aliviada suspiró y contestó lacónicamente, como de costumbre.
Sin más, al fin y al cabo era una de las tantas prostitutas habituales en esa calle de la ciudad.
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