Maldita sea!, siempre que encontramos esa respuesta-pregunta estamos ante un posible conflicto.
Sea
en el orden de la vida que sea, ocurra con quién ocurra, sea por lo que
fuere, insisto, siempre que nos encontramos ante esta "gloriosa
respuesta" tenemos un problema en ciernes.
El caso es que nosotros mismos hemos practicado, más de una vez con seguridad, esta respuesta tan exhasperante.
Que
cada uno de l@s lectores busque en su memoria algún enfrentamiento
sufrido por haber recibido esa respuesta y seguro que encontrará uno
próximo en el tiempo.
Los docentes, educadores y personas que
trabajan con adolescentes son especiales testigos de "quién ,yo?". Esto
se debe a la fuerte implantación en esas edades de la política de "a mi
que me registren", soy inocente, por encima de todo, soy inocente.
Otras
lindezas en la misma linea son: yo no fui, yo no estaba, yo no queria, y
todo un rosario de formulaciones que SIEMPRE llevan a INTENTAR QUEDAR A
SALVO, indemne de todo lo que pueda caer encima, especialidad del ser
humano y gentileza del victimismo.
Cuando nos hacemos mayores, que no adultos, seguimos practicando el ¿Quién, yo? como verdaderos expertos ya del escaqueo.
Qué
fácil resulta ponerse las ropas de los inocentes, de las víctimas y
formular como respuesta una , a su vez, nueva pregunta, acompañada de un
gesto que denota inocencia, victimismo, ser sufriente a punto de ser
inmolado injustamente.
En función de dónde estamos situados cuando
irrumpe en el aire un terrible"¿Quién, yo?" sentiremos ganas de
desmarcarnos de la realidad negando lo evidente las veces que hagan
faltan, renegando del mundo y su injusta acusación, poniendo cara de
JUDAS Iscariote cuando Jesús dijo en la última cena:"uno de vosotros me
traicionará" y cada uno fue preguntando "Seré yo, señor",-"no tu no, mi
Pedro",-"seré yo, señor"?,-"no, tu no mi Juan", hasta que llegó a Judas
que dice:"seré yo, señor", y Jesús contesta:"No mi Judas, no mi
judas!!!. Lo otro que podemos sentir es cuando somos los encargados de
la parte ingrata, acusadora, reveladora, desenmascadora, esa parte que
habitualmente resulta incómoda. Desde esa posición lo que sentimos al
oir un "¿Quién, yo?" es inenarrable, van dsde ganas de pegar
directamente una patada en el culo al tiempo que aún retumba en el aire
el ..."..Yo?..." a, decir simplemente: SI, TÜ!!!.
La expresión fue
usada a lo largo de la historia por muchos personajes, no demasiados
apreciados ni por sus contemporáneos ni en la actualidad, algunos casos
son de clara evidencia, en otros se trata tal vez de meras suposiciones,
podemos imaginar a Judas preguntando en la última cena "¿Quién, yo?",
lo mismo diríaBRUTUS cuando Cesar en histórica expresión dice:"Tu quoque
Brutus, filii mei?", y Brutus, con todo el morro del mundo
responde:"¿Quién, yo?", también es probable que Boabdil el chico cuando
su madre sentenció aquello de "llora como mujer lo que no supiste
defender como hombre", le contestara:"¿Quién, yo?".
En fin desde
la aparición del lenguaje en el hombre es casi seguro que una de las
primeras cosas que aprendió a decir es la frasecita de marras. Algún dia
llegará en que no sea necesario utilizarla, en que asumamos desde un
primer momento nuestra responsabilidad ante nuestras decisiones y
dejemos de una vez por todas de justificarnos......."¿Quién,
yo?".....NO, mi abuela.
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